19
abril 2021

Estimados miembros de nuestra comunidad educativa:

Estamos empezando la cuarta semana de esta cuarentena del año 2021 y las cifras de contagios no son tan altas como la semana pasada, que ha sido, hasta ahora, el momento más duro de la pandemia en Chile. Esperamos que lo peor haya pasado. Sin embargo, las cifras de fallecidos aún son altísimas. Las cifras máximas del número fallecidos por la pandemia suelen estar una o dos semanas más tarde que las más altas en número de contagios. Esperamos que el máximo de contagios haya sido el viernes 9 de abril. Si así fuera, el número de fallecidos todavía esta semana seguiría alto.

La semana pasada tuvimos en un día más de 200 muertes por COVID-19 (jueves 15 de abril). Según las estadísticas que he revisado, en Chile desde 2013 mueren más de cien mil personas al año. En 2018 fueron 115.562, lo que equivale a un promedio de 317 por día. Por lo tanto, que mueran más de 200 personas diarias sólo por COVID-19 es algo realmente grave. Al cumplirse un año de la primera muerte en Chile por esta pandemia teníamos 22.279 fallecidos (21 de marzo), lo que significa un 20% de las muertes anuales en el país.  Esa cifra anual de fallecidos por COVID-19 equivale a 61 muertes al día. ¡La cifra del 15 de abril fue más del triple del promedio diario de esta pandemia!

Aunque las cifras de contagios son muy preocupantes, la de fallecidos más aún, hay esperanzas de que estamos más cerca del final de esta pandemia, y eso gracias a las vacunas.

En Chile el 90% de los que nos hemos vacunado recibimos Coronavac. Las noticias han dicho que dicha vacuna, del laboratorio chino Sinovac, es buena, pero no tanto como la del consorcio Pfizer-BioNTech, con la que se ha vacunado el 10% de nuestros compatriotas. Los científicos chinos han reconocido ese hecho y anunciaron que comenzarán a usar la tecnología del consorcio norteamericano-alemán. Sinovac había usado la tecnología tradicional, básicamente el mismo principio que usó el médico inglés Edward Jenner en 1796 para inmunizar contra la viruela, de inyectar la misma infección debilitada o una muy similar (como muchos de ustedes saben, el usó secreción de ampollas de “cowpox”, una enfermedad que afecta levemente a las vacas, porque las ordeñadoras nunca se enfermaban de viruela, en inglés, “smallpox”: de ahí que el tratamiento se llama “vacuna”). Pfizer-BioNtec desarrollaron una nueva tecnología basada en el ARN mensajero: “estas vacunas enseñan a nuestras células a producir una proteína, o incluso una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo. Esa respuesta inmunitaria, que produce anticuerpos, es la que nos protege de infecciones si el virus real ingresa a nuestros organismos”. Les reconozco que no entiendo mucho esa explicación que da el sitio de CDC España, pero me da una gran esperanza que esta nueva tecnología permita controlar esta pandemia, con las mutaciones de virus, y también mantenga bajo control futuros brotes de otras enfermedades nuevas.  

Siempre le rezamos a Dios. Aunque Dios hace milagros, no son tan frecuentes. El mayor milagro es unir a la gente para que trabaje en conjunto por un objetivo. Por ejemplo, cuando la comunidad científica, en lugar de mantener en secreto sus descubrimientos los comparte, los avances pueden ser notables. Así es como Dios actúa, por medio de la gente, y de la gente unida. El Hijo de Dios, el Verbo Divino, vino al mundo, se hizo hombre en Jesús de Nazaret, para unir a los hijos de Dios que están dispersos. Cuando nos unimos, permitimos que Dios haga milagros.

Los seres humanos también nos hemos unido para poder continuar el proceso de aprendizaje a pesar de las cuarentenas. Hemos aprendido a usar medios tecnológicos para hacer clases online, híbridas, y seguimos aprendiendo para hacer estos sistemas más eficientes. Les recuerdo que estamos en una campaña de leer más para fortalecer el hábito de la lectura y así mejorar la habilidad de la comprensión lectora. En este año de pandemia, al final de los días de trabajo online, no quiero más pantallas y con agrado leo libros. Hacía años que no leía tanto. Los invito a buscar y leer buenos libros, que son más entretenidos que las mejores películas. Y así descansamos de las pantallas.

Que el cuidado de todos y las vacunas permitan que vaya terminando la pandemia y podamos volver a encontrarnos pronto en forma presencial.

Unidos fraternalmente en Jesucristo - el Verbo Divino hecho hombre, que murió y resucitó para darnos su vida eterna - se despide deseándoles la bendición de Dios.
 

Sergio A. Edwards V. svd
Rector

 

Lectura del Evangelio Según San Lucas
Domingo 18 de abril de 2021