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30/04/2024
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Día Internacional de los Trabajadores
El Departamento de Historia comparte una reflexión sobre los orígenes de esta conmemoración.

El Día del Trabajador, también conocido como el Día Internacional de los Trabajadores, tiene una importancia histórica significativa.

En sus orígenes, están las reivindicaciones y derechos laborales post revolución industrial fenómeno que modificó las estructuras económicas y laborales del siglo XIX. Al respecto y dada la instauración de nuevos modelos de producción, los trabajadores se constituirán en el factor productivo por excelencia.

Ante las nuevas exigencias del modelo de industrialización, el mundo laboral asume un rol más activo e instala un discurso para corregir las anomalías del modelo ante el rol de los trabajadores industriales.

Es en ese contexto que el 1° de mayo de 1886, en Chicago, polo industrial del emergente Estados Unidos, que los trabajadores instalan la huelga como expresión de lucha para exigir mejores condiciones laborales, especialmente la jornada laboral de ocho horas. Tal evento de acción reivindicatoria culminó en una violenta confrontación conocida como la Revuelta de Haymarket.

El reconocimiento internacional de los eventos acaecidos el 1° de mayo fue instaurado en 1889 en París. Desde esa fecha se declaró el 1° de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores en memoria de los mártires de Chicago y como un día de solidaridad con los trabajadores de todo el mundo.

La enseñanza de la Iglesia Católica sobre el trabajo y la economía, enfatizan la importancia de una visión ética y moral en las relaciones laborales y en la organización de la sociedad.

La Iglesia enseña que cada persona tiene una dignidad intrínseca y un valor único, independientemente de su ocupación o estatus social. Por lo tanto, el trabajo debe ser valorado como un medio para desarrollar y expresar esta dignidad.

Implícita está la idea de justicia distributiva, que implica que los frutos del trabajo deben ser repartidos equitativamente para asegurar el bienestar de todos los miembros de la sociedad, especialmente de los más vulnerables.

La Iglesia nos convoca a ser solidarios como principio central en la relación con el otro asumiendo el trabajo con responsabilidad mutua y en colaboración entre trabajadores de un mismo medio, fomentando la participación de todos en la vida económica y social.

El trabajo digno es un llamado evangelizador de la Iglesia para que se respeten los derechos laborales fundamentales, como el salario justo, el tiempo libre adecuado, la seguridad en el empleo y un ambiente laboral seguro y saludable.

Desde la perspectiva humanizadora, el trabajo no puede ser visto como una actividad individual, sino como un servicio al bien común que contribuya al desarrollo integral de la sociedad promoviendo el crecimiento sostenible y la solidaridad.

Un saludo fraterno a todos y todas los trabajadores y trabajadoras del Colegio del Verbo Divino, en comunidad determinemos que el valor del trabajo humano no es en primer lugar el tipo de trabajo que se realiza, sino el hecho de que quien lo ejecuta es una persona.

José Luis Rebolledo Molina
Jefe Departamento de Historia y Ciencias Sociales
Colegio del Verbo Divino

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