04
abril 2022

Estimada comunidad del CVD:

Estamos comenzando la quinta y última semana de cuaresma. La próxima es semana santa.  En este tiempo la Iglesia nos llama a la conversión. Tradicionalmente las acciones externas que mostraban una conversión interior eran el ayuno, la oración y la limosna. El Papa Francisco nos ha dicho que más importante aún es el buen trato hacia otras personas.

La semana pasada tuvimos varios momentos de reflexión sobre la convivencia escolar, sobre la promoción del buen trato; lunes y martes con los apoderados delegados de cada curso; miércoles con profesores y profesionales de apoyo; viernes con los alumnos. En nuestro colegio la inspiración para el buen trato es la persona y el mensaje de Jesucristo: el Hijo de Dios hecho hombre, el Verbo Divino hecho carne. 

La misión de la Iglesia es actualizar dicho mensaje de Jesús a cada época. Es lo que hacemos en la Congregación del Verbo Divino con el diálogo profético, incluyendo a las personas diferentes: de otra cultura, religión o condición social, y con quienes buscan sentido de la vida. En esta línea están también nuestras dimensiones características, especialmente JUPIC: Justicia, Paz e Integridad de la Creación.  

El Papa Francisco ha escrito dos encíclicas que vienen a enriquecer la Doctrina Social de la Iglesia: Laudato Sí, sobre el cuidado de la casa común, del año 2015, y Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y amistad social, del año 2020. Ambos documentos son inspirados por la figura de San Francisco de Asís. Ambas encíclicas son fruto de experiencias personales del Papa de lo que llamamos “diálogo profético”: Laudato Sí, con el Patriarca Bartolomé, de la Iglesia Ortodoxa; Fratelli Tutti con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, de la religión islámica. 

En el CVD estamos tomando muy en serio ambos documentos de nuestro Papa actual pues profundiza la enseñanza en temas de JUPIC: Fratelli Tutti nos inspira en los aprendizajes para el buen trato entre personas de la comunidad escolar (Justicia y Paz, JUP), y Laudato Sí en los aprendizajes sobre el cuidado del medio ambiente (IC, integridad de la creación)

Fratelli Tutti toma la Parábola del Buen Samaritano como “un ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que necesitamos tomar para reconstruir este mundo” (FT67). El capítulo II de la encíclica, titulado “Un extraño en el camino” (FT56-86) es una hermosa y profunda reflexión de las enseñanzas bíblicas sobre el amor al prójimo, conectándolas con la realidad del mundo actual, especialmente ante el fenómeno de las migraciones masivas. Los seres humanos somos todos hermanos y hermanas, sin importar dónde hayamos nacido. Todas las personas tienen los mismos derechos.   

Termino citando textos sobre la amabilidad, que están al final del capítulo VI, que trata del Diálogo y la Amistad Social (FT 198-224): “El individualismo provoca mucho atropello, los demás se convierten en meros obstáculos para la propia tranquilidad placentera y se los termina tratando como molestias y la agresividad crece. Esto se acentúa y llega a niveles exasperantes en épocas de crisis. Sin embargo, todavía es posible optar por el cultivo de la amabilidad. Hay personas que lo hacen y se convierten en estrellas en medio de la oscuridad” (FT 222). “San Pablo mencionaba como un fruto del Espíritu Santo con la amabilidad: un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta. La persona que tiene esta cualidad ayuda a los demás a que su existencia sea más soportable, sobre todo cuando cargan con el peso de sus problemas, urgencias y angustias. Es una manera de tratar a otros que se manifiesta de diversas formas: como amabilidad en el trato, como un cuidado para no herir con las palabras o gestos, como un intento de aliviar el peso de los demás.

Implica «decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan», en lugar de «palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian»” (FT 223). “La amabilidad es una liberación de la crueldad que a veces penetra las relaciones humanas, de la ansiedad que no nos deja pensar en los demás, de la urgencia distraída que ignora que los otros también tienen derecho a ser felices. Hoy no suele haber ni tiempo ni energías disponibles para detenerse a tratar bien a los demás, a decir “permiso”, “perdón”, “gracias”. Pero de vez en cuando aparece el milagro de una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia. Este esfuerzo, vivido cada día, es capaz de crear esa convivencia sana que vence las incomprensiones y previene los conflictos.

El cultivo de la amabilidad no es un detalle menor ni una actitud superficial o burguesa. Puesto que supone valoración y respeto, cuando se hace cultura en una sociedad transfigura profundamente el estilo de vida, las relaciones sociales, el modo de debatir y de confrontar ideas. Facilita la búsqueda de consensos y abre caminos donde la exasperación destruye todos los puentes” (FT224).

Al terminar esta cuaresma meditemos estas palabras del Papa Francisco para que nos ayude a una real conversión basada en la amabilidad. Dios nos bendiga para seamos cada vez más amables.

Unidos en el Verbo Divino,

Sergio Edwards SVD

Lunes 4 de abril de 2022