06
septiembre 2021

Estimados miembros de nuestra comunidad educativa:

Estamos ya en septiembre, mes en que celebramos la independencia de nuestra patria, y en el que las iglesias cristianas de diferentes denominaciones celebramos el Mes de la Biblia. Por ser el aniversario de la fundación de la Congregación del Verbo Divino el día 8 de septiembre -día elegido por San Arnoldo Janssen porque se celebra la Natividad de la Santísima Virgen María-, en nuestro establecimiento se celebra durante estos días la Semana del Colegio. Los religiosos de nuestra provincia chilena de la congregación tendremos durante esta semana la asamblea provincial en que revisamos el estado de nuestra misión y fijamos prioridades para el futuro. Hoy les voy a escribir sobre los orígenes de la SVD.

La Sociedad del Verbo Divino se fundó en 1875 en la localidad holandesa de Steyl, muy cerca de la frontera con Alemania, con el objetivo de preparar misioneros para los países no cristianos. San Arnoldo Janssen era alemán, nacido en Goch, y su padre hacia fletes en carreta entre Holanda y Alemania, pues vivían cerca de la frontera. Además de sacerdote, Arnoldo Janssen era profesor de Ciencias, y trabajó durante 12 años en una escuela de la Diócesis de Münster, a la cual pertenecía esa zona, en la ciudad de Bocholt. En 1875, estaba prohibido por el gobierno alemán la fundación de seminarios, por lo que Arnoldo Janssen, tal como lo hacía su padre, cruzó la frontera y ahí en Holanda fundó la primera “casa alemana de misiones”.

Muchos se preguntan por qué la SVD, que es una congregación misionera, tiene tantos colegios. En esta semana del aniversario de la fundación de la congregación quiero recordarles una vez más nuestra presencia en colegios como parte de nuestra labor misionera.

Como pocos sacerdotes alemanes se interesaban por ir a las misiones, Arnoldo Janssen decidió fundar un establecimiento educacional para formar, desde muy jóvenes, a los futuros misioneros. Es lo que se llamaba antes en Chile un “seminario menor”, y que en la Alemania de esos tiempos se llamaba una “escuela de latín”. En esos años, los candidatos al sacerdocio tomaban la decisión siendo muy jóvenes, a veces niños, alrededor de los 12 años, porque debían aprender latín, idioma en que no sólo se celebraba la liturgia de la Iglesia, sino que también en latín se hacían los estudios de Filosofía y Teología necesarios para el sacerdocio. Al terminar la educación media, los alumnos eran libres para elegir: varios dejaban el camino del sacerdocio; otros preferían irse al clero diocesano, pero un número importante optaba por continuar en la SVD para ser misioneros en tierras extranjeras y así continuaban con el noviciado, seguido de los estudios de Filosofía y Teología en algunos de los “seminarios mayores” de la congregación.

Los seminarios menores de la SVD eran muy buenos colegios y - a diferencia de los de otras congregaciones en que se enseñaban más que nada conocimientos humanistas - en nuestros establecimientos se enseñaba mucha ciencia, porque nuestro fundador, que sabía mucho de esas materias, se daba cuenta de su importancia para el mundo moderno.

Nuestras líneas educativas dicen que existen dos dramas en el mundo cristiano moderno: “la relación entre fe y ciencia” y “la relación entre fe y cultura”. El primero de esos dramas se enfrenta aprendiendo ciencias. Louis Pasteur decía que “poca ciencia aleja de Dios, mucha ciencia acerca a Dios”. Arnoldo Janssen se dio cuenta de eso y por eso nuestros sacerdotes tenían muy buena formación científica. Como alemanes eran estrictos, disciplinados, esforzados. Como miembros de la SVD sabían mucha ciencia. Eso fue lo que dio tanto prestigio a los colegios de “los padres alemanes”.

Los tiempos han cambiado. Hay pocas vocaciones en América, menos en Europa y casi nada en Alemania y Holanda. Nuestras vocaciones vienen ahora de Asia y África, donde hay iglesias jóvenes, con el entusiasmo por la belleza de nuestra fe cristiana - que nos hace falta en lugares donde nuestra Iglesia es más antigua - pero con el bagaje cultural de lugares donde otras religiones son mayoritarias, lo que da una apertura a la presencia de Dios entre personas de otros credos y de culturas diferentes. Nuestro fundador, aunque era hijo de su época y su cultura, también tenía cierta apertura al valor de otras culturas y religiones, por eso apoyó la creación de centros de estudios científicos de las culturas de los países donde trabajaba la SVD. Esa actitud de apertura es la que se plasma en la expresión “diálogo profético” que define la misión de nuestra congregación en el siglo XXI y que debiera expresarse en nuestra manera de enseñar en los colegios de la SVD.

La próxima semana tenemos la semana de vacaciones de fiestas patrias. Les deseamos unas reparadoras vacaciones y unas felices fiestas patrias.

Unidos en el Verbo Divino,

Sergio A. Edwards V. svd

Lunes 6 de septiembre de 2021.