21
marzo 2024

Estimada comunidad:

Hoy celebramos el Día del Auxiliar. En cada curso se rezó por las personas que hacen posible que cada día nuestro colegio funcione y esté limpio. Los auxiliares visitaron los cursos durante la oración de la mañana. Después tuvimos un desayuno con ellos. A mediodía hubo un partido fútbol con el Centro de Alumnos. Y hoy salen más temprano por lo que nuestros alumnos van a dejar limpio el colegio antes de irse a su casa.

Ayer tuvimos una misa en memoria de don Sebastián Piñera, quien fuera presidente de la República en dos períodos (2010-2014; 2018-2022) y que, como todos sabemos, murió hace un mes y medio. Hubiéramos querido tener esa misa hace dos semanas, cuando se cumplía un mes de su trágico fallecimiento, pero su sector político organizó un homenaje por lo que tuvimos que hacerlo ayer. Vinieron su viuda, sus hijas, dos nietas y un nieto. Como ustedes saben, el presidente Piñera era exalumno de nuestro colegio. Después de la misa tuvimos una conversación, organizada por el Centro de Exalumnos, con personas que lo conocieron de cerca: compañeros de curso del colegio contando su parte humana; dos exalumnos que lo conocieron en su faceta política y un exalumno más un apoderado actual por su lado empresarial.

En la misa me tocó dirigir unas palabras, que quiero dejar por escrito en este editorial. Quiero destacar algunas cualidades y hábitos del presidente Piñera que son importantes en nuestra misión educacional hoy en día.

Este tipo de reconocimiento no es para “sacralizar” o “canonizar” a los difuntos, sino para aprender de ellos, porque algo de la luz de Dios se irradia por medio de cada ser humano. Cuando una persona muere, nos damos cuenta con más claridad de lo que Dios ha hecho por media de dicha persona, y de las lecciones que Dios nos quiere dar a través de quien nos ha dejado. Me voy a enfocar aquí en tres aspectos que tienen que ver con educación: para aprender hay que tomar apuntes, mejor con lápiz y papel; hay que leer mucho y gozar con la lectura; el escoutismo es una manera muy eficiente de aprender conocimientos y adquirir habilidades que complementan lo que se aprende en clases. 

En la entrada del Convento de la Hermanas Siervas del Espíritu Santo hay una carta enmarcada, enviada hace catorce años, marzo de 2010, por el entonces presidente de la República a la Hermana Margarita Rosenbach SSpS, quien fuera su profesora en primera preparatoria de este colegio, saludándola con motivo de su cumpleaños. La “Madre Teonia” (ese era su nombre como religiosa) a su curso en 1955, tal como en 1963 a mi curso la “Madre Hilda” (que en realidad se llamaba María de Groot, holandesa, pero cuyo nombre de religiosa era Hildegonda), nos enseñaban a leer y a escribir.

Los que somos mayores tenemos el vivo recuerdo de las monjitas que nos hacían casi todas las clases en nuestros primeros años de vida escolar. Recuerdo estar haciendo “planas de palotes”, para lograr lo que ahora se llama “mejorar la motricidad fina”, y así prepararnos para aprender a escribir unos meses después. Con la llegada de los computadores y los teléfonos celulares - en los que uno puede tomar notas y después enviarlas a cualquier persona en una letra legible para todos - parece obsoleto eso de escribir con un lápiz en un cuaderno de papel. En colegios y universidades actualmente los profesores exponen con el computador, pocos toman nota y al final se pide que “se nos envíe la presentación” para poder revisarla y repasarla. Sin embargo, estudios recientes muestran que los alumnos aprenden mucho más con el sistema tradicional de “tomar notas en cuadernos, luego subrayar”, mejor con diferentes colores, porque así uno se apropia, “hace suyo” ese conocimiento. Quienes trabajaron con Sebastián Piñera dicen que en todas las reuniones y entrevistas de trabajo él tomaba notas en sus cuadernos. Esta es una gran lección para los que trabajamos en colegios: no olvidemos esta manera tradicional de tomar notas escritas en un cuaderno, porque así es como mejor se aprende.

El jueves 8 de febrero a las 8 PM, la noche previa al Funeral de Estado, tuvimos una misa en la cripta de nuestra iglesia para un grupo pequeño, la mayoría compañeros de don Sebastián en el colegio. Su gran amigo Fabio Valdés nos hizo una reseña del dos veces presidente, a quien él conocía desde niño, la cual fue publicada en la página web de nuestro colegio. Mucho de lo que compartió con nosotros apareció también en El Mercurio del domingo 11 de febrero. Es muy decidora la anécdota de una clase de matemáticas con el profesor Sergio Seballos (con S), quien también fue mi profesor, y de muchos más que pasaron por este colegio: Don Sergio lo mandó a sentarse cuando se adelantó a responder una ecuación que el profesor estaba desarrollando con calma para que todos entendieran. En esa misa del mes pasado, del 8 a las 8, también habló su compañero Gabriel Covarrubias, quien recordaba que siendo un niño de unos 10 años Sebastián Piñera ganó un campeonato de conocimientos sobre don Bernardo O´Higgins. Debió haber leído mucho acerca del padre de la patria, y con notable comprensión lectora para lograr ese premio. Siempre fue un gran lector, especialmente de historia. Sus amigos cuentan que en la universidad él leía todo lo que los profesores exigían e incluso lo que recomendaban leer, pero en forma voluntaria. En nuestra época se lee poco. Es tanto más fácil ver material audiovisual, pues ahora está literalmente “al alcance de la mano”. Esa es otra lección para nosotros: leamos “libros de papel”, para que los niños y jóvenes también lo hagan.

Hace unos diez años me tocó ir varias veces a Iquique a visitar a nuestros sacerdotes y hermanos de la congregación, entre ellos el Hermano Paul Oden SVD, quien trabajaba en la Fundación Niños de la Huella, que acogía niños en situación irregular. En su casa, el Hermano Sebastián (ese era justamente su nombre de religioso) mostraba con orgullo y alegría una foto con el Presidente Piñera, quien le había otorgado la nacionalidad chilena por gracia, sin necesidad de renunciar a su nacionalidad alemana. Se habían conocido aquí, en el CVD, porque el Hermano Pablo fue el fundador y primer Jefe del Grupo Scout del colegio. Después pidió permiso a sus superiores para ir a trabajar con la gente más pobre de Chile, y así fundó en las décadas de 1970 y 1980 las residencias de niños que después pasaron a ser administradas por la Fundación Hogares de Menores Verbo Divino. Su idea era educar a los niños de dichas residencias con la pedagogía scout. Por el aprecio que le tenía el Presidente Piñera al Hermano Pablo Oden uno percibe que aprendió mucho en sus años como scout en el colegio. Aunque yo nunca fui scout, veo que muchas personas han logrado desarrollar mucho su personalidad en el escoutismo porque se aprenden muchas cosas importantes: trabajar en equipo; conocer y amar la naturaleza; respetar el medio ambiente. El desarrollo del Parque Tantauco y su interés en ser anfitrión de la COP25 son quizás resultado de sus años como Scout del CVD hace 60 años.

Hay muchas más cosas que se podrían decir y escribir sobre don Sebastián Piñera. Yo mismo lo hice hace un mes, y no quiero repetirlas.

Dios tenga a su lado a don Sebastián Piñera y nos ayude a aprender de él y de todas quienes hemos conocido pues cada persona irradia algunos de los rayos de la luz divina.

Fraternalmente unidos en el Verbo Divino,

Sergio Edwards SVD

Santiago de Chile, jueves 21 de marzo de 2024