04
abril 2024

Estimada comunidad:

Estamos en la Octava de Pascua, desde el Domingo de Resurrección hasta el de Cuasimodo, en que cada día decimos que “hoy” Jesús triunfó sobre la muerte, porque es como si el evento de la resurrección durara una semana entera.

El Triduo Pascual - los tres días desde la noche del Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección - fueron celebradas con mucha solemnidad en todas las iglesias del mundo. En el colegio se celebró la misa de la Última Cena el jueves a las 20 horas, el Vía Crucis con la Liturgia de la Pasión el viernes a las 17 horas (con una gran asistencia de unas 400 personas), la Vigilia Pascual el Sábado Santo a las 19 horas y la Misa del Domingo de Pascua a mediodía (también con mucha gente).

Un grupo de más de 150 personas de nuestra comunidad participó en las Misiones Familiares en Curacaví donde se vivió con aún más intensidad el Triduo Pascual. Yo estuve en la Misa de la Última Cena del Jueves Santo, con la iglesia parroquial llena, presidida por el párroco, el padre Alex Ponce, sacerdote de la Diócesis de Melipilla, a la cual pertenece Curacaví. Después se hizo una procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de la ciudad. El Viernes Santo, después de la Liturgia de la Pasión, se hizo el Vía Crucis, nuevamente por las calles de la ciudad, con una asistencia de unas dos mil personas. Los misioneros quedaron muy impresionados porque fue actuado en forma muy convincente por la comunidad. Me tocó conversar al día siguiente con una de “las mujeres que lloraba por Jesús” en la octava estación del Vía Crucis. Para ella era no sólo un honor participar en esta devoción, sino una experiencia espiritual pues había estado acompañando a Jesús en su dolor.

El Sábado Santo estuve gran parte del día con nuestros misioneros. En la mañana, durante la oración, compartieron sus experiencias. Lo que más llega al corazón de los misioneros es conocer en profundidad a la gente del lugar, especialmente a quienes han sufrido, como una familia en que varias personas han estado con gravísimas enfermedades. Un grupo importante de nuestros misioneros estuvo trabajando en la reparación de una pequeña capilla en el cementerio parroquial. Era muy bonito ver a nuestros alumnos, sus hermanas y amigas, sus papás y mamás, con sus brochas y rodillos pintando dicha capillita, que quedó muy bonita. Después participaron en la Vigilia Pascual que en Curacaví tuvo una presencia multitudinaria, que asistió con gran interés la larga celebración litúrgica (dos horas y media), que incluso a nuestra gente no se le hizo larga. Esta es la misa más importante del año, con significativos ritos, como la bendición del fuego desde el que se enciende el Cirio Pascual - símbolo de Cristo Resucitado - y la bendición del agua, porque en esta misa es cuando se debe bautizar a los adultos que reciben en una sola ceremonia los tres sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía). Nuestros misioneros quedaron muy impresionados por la energía y el liderazgo del párroco de Curacaví y por el entusiasmo de dicha comunidad católica. Se nos aumenta la fe. Es algo “edificante”, como se decía hace unas décadas.

Esta semana comienza la segunda parte y central del primer semestre, que dura (con una breve interrupción por el Día del Trabajo) hasta el fin de semana largo del feriado del 21 de mayo, que cae en martes. En dicho fin de semana cae Pentecostés, la tercera solemnidad más importante del año litúrgico, que este año es el domingo 19 de mayo.

Providencialmente, esta segunda parte del primer semestre coincide exactamente con el Tiempo Pascual, que dura siete semanas. Ya hace menos calor, y así comenzamos a profundizar los aprendizajes que se han estado enseñando desde comienzos de marzo. Y en lo religioso tendremos un hito muy importante: la confirmación de los alumnos de 3° EM que decidan recibir este sacramento, que serán conferidos por el Arzobispo de Santiago, Monseñor Fernando Chomalí y por el Arzobispo Emérito, el Cardenal Celestino Aós OFM Cap., en ceremonias los días miércoles 8 y jueves 9 de mayo, hacia el final del Tiempo Pascual, menos de 12 días antes de la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, el mismo Espíritu que se recibe en plenitud en ese sacramento.

De los alumnos que el año pasado se confirmaron, ahora en cuarto medio, un grupo se preparó para ser Ministro Extraordinario de la Comunión. Recibirán sus credenciales este domingo - el de Quasi Modo (así comienza la misa en latín de ese día), segundo Domingo de Pascua - en que se lleva la comunión a los enfermos que no pudieron comulgar durante el día de la Resurrección. También hay adultos que lo reciben por primera vez, porque hicieron el curso hace pocos días. Hay también varias personas que renuevan su permiso, que dura un año, pues hicieron nuevamente el curso. Además de ayudar a la dar la comunión en misa, ellos llevan el Cuerpo de Cristo a los enfermos y ancianos que no pueden venir a misa. Es un servicio sencillo y muy significativo, muy en la línea de nuestro ser misionero: llevar a Cristo mismo a las demás personas.

Fraternalmente unidos en el Verbo Divino,

Sergio Edwards SVD
Jueves 4 de abril de 2024