25
octubre 2021

Estimada comunidad:

Hace justo una semana, a los 86 años de edad, falleció el padre Luis Manuel Rodríguez Tupper, sacerdote de la Congregación del Verbo Divino, quien era un hombre muy feliz con su vida, lo que a algunos nos hizo pensar que, si buscábamos la felicidad, ésta podría encontrarse en la vida religiosa, sacerdotal y misionera. Siento que Dios me dio la gracia de llevarlo al hospital ese día, no porque se estuviera muriendo, sino por fuertes dolores que tenía. No sabíamos que en ese momento le estaba dando un aneurisma. Él había tenido cáncer hace 25 años (se sintió sano después de un machitún que le organizaron sus amigos mapuches),  y tenía muchos problemas al corazón (con humor nos decía durante estos últimos que él era “candidato a infarto”). 

El padre Lucho era un hombre muy inteligente, con mucha capacidad para los idiomas, pues hablaba, además de castellano, idiomas europeos modernos como alemán, italiano, inglés; idiomas clásicos como latín y griego, y de mayor aprendió el mapudungun. Había estudiado un doctorado en filosofía en la Universidad Gregoriana de Roma, pero no terminó porque se le pidió ir a enseñar filosofía en seminarios de la SVD en Irlanda y Estados Unidos. Volvió a Chile en 1971. Aunque nunca fue rector del CVD ni provincial de la SVD Chile, dejó un legado impresionante en el colegio y en la provincia chilena de la congregación. 

Trabajó en el CVD por 10 años, y creó los grupos de reflexión de apoderados, que aún existen, y también de exalumnos, en uno de los cuales yo participé como alumno de ingeniería en los años 1970s. Sin proponérselo, creó las misiones de verano, que comenzó con exalumnos, y se amplió a alumnos de tercero y cuarto medio, en las que participaban - en dos turnos - hasta 200 jóvenes. Como joven universitario me llamaba la atención que él usaba casi todas sus vacaciones en misiones de verano y le preguntaba: ¿No te da lata?  Me respondía que él sacerdocio no es una profesión más, Es como ser mamá, que lo son 365 días al año, y 24 horas al día.

Por medio de estas misiones conoció al pueblo mapuche y desde el Seminario del Verbo Divino en La Florida, donde fue director de estudios, comenzó en 1983 la pastoral mapuche de Santiago, pues se dio cuenta que había más miembros de ese pueblo en la capital que en los campos del sur del país. Él abrió la SVD Chile a la misión indígena. Y luchó para que el pueblo mapuche, que pasó a ser extranjero en su propia tierra, fuera reconocido en su identidad cultural como diferente a los chilenos que descendemos de inmigrantes. 

En mi opinión lo más interesante del “Cura Lucho” era ser un gran conversador. Como decimos en Chile: “era bueno para la conversa”. Uno podía pasar horas conversando con él y nadie se aburría. Él no sólo hablaba, sino que también escuchaba a los demás. Consideraba muy linda esta vida, pero demasiado corta para conversar con todas las personas con que le hubiera gustado conversar. Por eso él se imaginaba la vida eterna como la posibilidad de conversar sin apuro con todas las personas que han existido en el mundo, las que conocimos y las que no pudimos conocer. Y él querría empezar conversando con su mamá, ya que murió cuando era muy niño. El Padre Lucho encarnaba la misión de la SVD como diálogo, porque el diálogo es una conversación tranquila, respetuosa, con toda la calma del mundo. Y él se entretenía igual conversando con gente de mucho dinero como con gente muy pobre.

Ayer fue el Domingo Universal de la Misiones, que nos recuerda que todo cristiano tiene el deber de ser misionero en su ambiente. El testimonio del padre Lucho no recuerda que, si uno se da tiempo para conversar con calma con otras personas, ya está siendo misionero. 

Cambiando de tema, quiero felicitar a los miembros del centro de alumnos, y a todos quienes los apoyaron, por la organización del Festival Alcántara, que se realizó anteayer, sábado 23 de octubre. Teníamos un aforo de mil personas, contando público y personal de apoyo (en ediciones anteriores eran más de cinco mil), todos con pase de movilidad, y con todas las medidas de seguridad propias de la pandemia. 

Concluyo pidiéndoles de manera especial que nos cuidemos, y que respetemos todas las medidas de prevención en relación al Covid-19, porque la pandemia no ha terminado, pues los números de contagios y la positividad de los test PCR siguen subiendo en forma preocupante durante las últimas semanas. 

Unidos en el Verbo Divino,

Sergio Edwards SVD
Lunes 25 de octubre de 2021.